El Jardín Botánico restablece el banco decorativo de Marès, Premio Nacional de Escultura en 1923, tras su restauración

Las tareas de restauración se han llevado a cabo durante dos meses por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), que ha financiado en su integridad su limpieza y restauración. La restauradora del Real Jardín Botánico, Gloria Pérez de Rada, solicitó en 2014 al IPCE la limpieza de esta singular y original obra.

La razón se debía a que, como consecuencia de los depósitos de suciedad acumulada en su superficie, se detectaron agentes de biodeterioro que estaban atacando a la obra. Tras el preceptivo informe del estado de conservación por parte del Jardín el IPCE procedió a efectuar un estudio y análisis de la obra aprobando la intervención que ha llevado a cabo la restauradora del Instituto del Patrimonio Cultural, Elena García Martínez.

Según explica García, al iniciar el proceso de restauración se observaron dos patologías principales, "por un lado las derivadas del ataque biológico que sufre el banco debido a su ubicación y, por otro, las grietas y pérdidas de material productos de causas físicas y, en particular, una grieta de asentamiento que recorría el banco en su asiento y peldaño".

La restauradora del IPCE señala que el primer proceso de intervención ha sido el de la limpieza y eliminación del biodeterioro, una operación que hubo de repetirse en varias ocasiones en las zonas más atacadas con el objetivo de garantizar en el futuro una mejor conservación y preservación de la escultura.

Además, se ha establecido un programa de mantenimiento que contempla una limpieza periódica acuosa para eliminar los detritus de las aves que dañan seriamente la superficie.

La institución explica que Frederic Marès fue un polifacético artista, con una obra escultórica basada en el modernismo, con ciertas semblanzas góticas, sobre todo en su escultura religiosa.

Además, señala que fue un alumno "brillante" bajo la tutela del escultor Manuel Fuxá. Obtuvo su primer premio de escultura con 16 años, aunque el primer reconocimiento nacional le llegó con la obra que alberga el Real Jardín Botánico, el máximo galardón del Concurso Nacional de Escultura de 1923 premiado con 15.000 pesetas de la época.

Dos años más tarde, en 1925, realizó su primera exposición individual en Barcelona, ciudad que en 1962 abría su museo con la colección donada a la capital catalana por el escultor. Además, algunas de sus obras más importantes se pueden ver en ciudades como Zaragoza, Palma de Mallorca, Girona, Menorca, Elche o en países como Puerto Rico.