Britney Spears 'se drogaba y se desnudaba frente a sus guardaespaldas'

Recuperada totalmente de sus peores años, la Princesa del Pop tiene que hacer frente ahora a una demanda de uno de sus antiguos guardaespaldas, que le reclama más de 7 millones de euros por los daños psicológicos que le causó mientras estuvo trabajando para ella.Los documentos de la demanda que se han filtrado a través de 'Radar Online', recogen algunas de las conductas de Britney Spears con su equipo de guardaespaldas, concretamente, con Fernando Flores, que ha presentado la demanda en cuestión.

Según los mismos, la Princesa del Pop 'tomaba drogas, se desnudaba y se metía el dedo en la nariz frente a su guardaespaldas'. El guardaespaldas, que trabajó para Britney en 2010, acusa a la cantante de acoso sexual y reclama más de 7 millones de euros de indemnización.

Flores asegura que, en más de una ocasión, Britney se desnudó y le empujó a su cuarto para mantener relaciones sexuales con él. Al mismo tiempo, afirma que la cantante tomaba 'cócteles de droga' que incluían metanfetaminas, una droga psicoestimulante.

Se critica del mismo modo los hábitos de higiene de Britney, de la que se dice que pasaba días sin ducharse ni lavarse los dientes, se hurgaba la nariz con frecuencia y emitía flatulencias "sin ningún tipo de remordimiento".

"Spears era mentalmente inestable y personalmente detestable (...) pidió a su equipo en varias ocasiones y sin motivo racional alguno que se dirigiera a ella como Jennifer o Queen Bee (Reina Be)", indica la demanda de Flores.

El antiguo guardaespaldas de Britney afirma haber sufrido daños psicológicos, ataques de ansiedad, depresión e insomnio a raíz del comportamiento de la cantante y de su presunto acoso sexual.

Mientras los abogados de la Princesa del Pop niegan las acusaciones, 'Radar Online' destaca que no es la primera vez que el comportamiento de Britney se pone en tela de juicio. Ya en 2007 otro ex guardaespaldas, Tony Barretto, acusó a la cantante de tomar drogas con frecuencia y de haberle despedido por no haber oído la orden de cogerle un sombrero.