El deporte es la gran pasión que une a Fabio y a Camelia y han decidido empezar a conocerse dándole un poquito al saco para tener un mayor contacto físico. Camelia ha descubierto que Fabio es un chico muy divertido y que con él no se va a aburrir y él, que Camelia tuvo que abandonar su país para cumplir su sueño de ser profesora deportiva porque en su familia son pentecostales y eso no está permitido. Entre ellos existe una atracción muy fuerte y están convencidos de que su historia de amor puede llegar a buen puerto.