El regreso estelar de los reyes del Sacromonte, la cita de Cristo en ‘First Dates’ y la honra de una familia en juego

Los Fernández-Navarro finalizarán su estancia en Kenia por todo lo alto, concretamente en un globo aerostático. Pero su vuelta al mundo a lo Willy Fog no ha terminado, ahora toca cruzar el Atlántico rumbo a Perú. En Lima las autoridades locales les darán un recibimiento que no olvidarán y que puede terminar con un susto para Mariano. Mientras tanto, en Palma de Mallorca, también habrá sobresaltos. Una inocente reunión de los hijos, el yerno y la nuera a orillas de la piscina de Joaquín acabará con el armario del patriarca medio vacío y con su “panamera”… un poco estropeada.

Otros que no paran ni un minuto son los Jiménez. Esta vez viajarán a Granada para responder a la llamada de Juan Andrés Maya, el heredero de los reyes del Sacromonte, para que Susi interprete a Mini Salvadora en su nuevo musical. Tras algún que otro contratiempo, la familia llegará a la Cueva de la Rocío para asistir a un espectáculo que despertará los miedos de Susi. Sólo la intervención de la auténtica y genuina Salvadora Maya podrá salvar la situación. Juntas recorrerán el Albaicín para que Susi aprenda a imitar todas las dotes de “sargento Maya”.

Los Montoya Lo ocurrido obligará a Saray a acabar con el sueño de su hija de tener una peluquería propia. Quien sí cumplirá su deseo de participar en ‘First Dates’, y sobre todo de encontrar el amor, será Cristo, que acudirá por fin al programa. ¿Tendrá feeling con su cita?

Tras el contouring capilar y los remedios caseros a base de huevo, ahora llega el turno del casco de “luces halógenas e infrarrojos”. Cada vez es más evidente que la calvicie de Carlos, el patriarca de los Salazar, no tiene remedio. Nada ni nadie impedirá que el interesado acuda a una clínica para asesorarse sobre el inevitable injerto capilar. Mientras tanto, las mujeres de la familia seguirán con su formación para convertirse en empresarias de éxito. Asistirán a una sesión de coaching para emprendedores y aprenderán que nada, absolutamente nada, puede con las reinas del brillo.