Cristo tiene otras cosas en la cabeza y por eso ha decidido dejar de ser socio de María y, de esta manera, abandonar la peluquería. Pero él no sabe cómo decírselo y, con la ayuda de su sobrino, se planta en el lugar de trabajo para darle a María la mala noticia. Pero a la colombiana no le ha sentado nada bien este cambio de planes, ahora que está en su mejor momento y después de que Cristo le convenciera para que no lo dejara un año atrás: “Espero que donde vayas seas más formal que conmigo”.