Algunas de las cosas que hacemos los seres humanos se consideran viciosas, perversas y por eso no nos atrevemos a contarlas. Poco clientes de prostitución admiten que los son públicamente. Pero Jesús ha hecho bandera de ello y contrata servicios sexuales desde que era prácticamente un niño. Para mucha gente un burdel es un lugar para el vicio, pero Jesús no opina igual: "Se va a pasar un buen rato. He estado con más de 600 prostitutas y no me he gastado más que lo que se gasta un fumador habitual. No hay nada más bonito que fumarse un porro e irse a la cama con una prostituta", ha contado en unas polémicas declaraciones.