Pedro Sánchez, de alguna forma, pedía a Tsipras que mediara con Iglesias y Llamazares calificaba esto como “un esperpento”. “Aunque estemos en Semana Santa, esto de las rogativas y las hermandades tiene más que ver con la confesión católica que con la iniciativa política. Si uno quiere hablar con otra fuerza, lo tiene fácil”, decía.