"La siesta tiene una intimidad que no tiene ni el prostíbulo", decía Cristina Fallarás en su carta al 'pequeño Nicolás' e ironizaba con la idea de que el mundo de las letras le necesita.
"La siesta tiene una intimidad que no tiene ni el prostíbulo", decía Cristina Fallarás en su carta al 'pequeño Nicolás' e ironizaba con la idea de que el mundo de las letras le necesita.