Las sospechosas llamadas de Miguel Blesa

Miguel Blesa tenía teléfono en su despacho y, como todo directivo, uno o varios móviles que no siempre utilizó. Abril de 2006, según la revista 'Interviú', realizó dos cargos en un cajero por valor de 100 euros que corresponden a la recarga de un teléfono opaco. Estos teléfonos no necesitaban entonces identificación por parte del usuario y solían utilizarse para enmascarar las comunicaciones. Estas recargas coinciden en el tiempo con una de las operaciones más polémicas de Caja Madrid: la compra de una mansión en Florida por 12 millones de Euros que debía servir como sede de Bankia en Estados Unidos