Claves para comprender la temporada final

¿Y ahora qué? Así se titulaba el último capítulo de la séptima temporada y los houseadictos no pudimos evitar hacernos la misma pregunta después de ver aquel final.

La octava temporada será la última. Ya lo han confirmado el propio Hugh Laurie y los productores de la serie. Es triste, pero es lo que hay. Sin duda, los productores de la serie no han querido dejar muchas pistas de lo que ocurrirá en la próxima. Pero sabiendo que será el final nos podemos esperar cualquier cosa.

La séptima temporada de House fue una temporada especial. ¿Buena o mala? Para gustos, colores, pero no puedes negarme que ha sido especial. Nos ha mostrado a un House disntinto, feliz y enamorado, pero también nos ha mostrado al House más egoísta, excéntrico, arrogante y loco. Un House capaz de casarse con una desconocida, de medicarse con un matarratas que provoca tumores, de operar su propia pierna en la bañera de su casa, de atiborrarse a pastillas y de meter literalmente su coche en el salón de la casa de Cuddy destrozando la casa de la doctora.

Adiós a ‘Huddy’

Se termina la fantasía de los foreros que desde la primera temporada querían a 'Huddy' (una relación amorosa entre House y Cuddy). La noticia de que Cuddy no seguirá en la serie por falta de acuerdo con los creadores en temas contractuales refuerza esta idea.

Seguramente los ‘huddistas’ estarán cabreadísimos, pero si esperaban que la serie terminara con House y Cuddy siendo felices y comiendo perdices se hacían demasiadas ilusiones. La verdad, nunca me ha parecido que House fuera una comedia romántica, sino una serie dura: Cameron dejó a Chase, Trece tiene una enfermedad terminal, el doctor Kutner se suicidó…

Todo lo que termina, termina mal. Y mal ha terminado la relación de House y Cuddy. Al respecto, esto le comenta el doctor a Cuddy “Estoy convencido de que el mejor modo de superar el pasado es volarle la cabeza, enterrarle en una fosa onda y echarle sal”. ¿Será capaz de olvidar el doctor a Cuddy? Tendrá que cambiar de método ya que su ‘terapia’ de Vicodina, alcohol y prostitutas no ha funcionado.

A otra cosa

Los últimos segundos de la serie nos dejan a House en una playa paradisíaca y a Cuddy (en un flashforward al principio del episodio) diciendo que como House se acerque por el hospital le denuncia. ¿Cambiará de hospital el doctor? ¿Le perdonará Cuddy? (Yo creo que no) ¿Dejará la medicina House? Lo veremos en unos meses.

El caso es que las primeras imágenes de la temporada sitúan a House en prisión. No sabemos qué le deparará la cárcel, pero seguro que si alguien está preparado a priori para sobrevivir dentro de una, ése es House. Aunque, nuestro doctor más osado no las tendrá todas consigo. Aunque para el primer capítulo de la temporada, ya sabemos que contará con un nuevo amigo: Jaleel White, el mítico Steve Urkel.

Pero ¿qué hará House con su adicción a la vicodina dentro de la cárcel? ¿Conseguirá la condicional? ¿Pagará su fianza la propia Cuddy? Todas esas preguntas tendrán respuesta muy pronto en Cuatro. No te lo puedes perder, porque es el principio del fin para el doctor más irreverente que tanto amamos.

Tras la salida de la doctora Cuddy y tras su paso por prisión, House se enfrentará a los sorprendentes cambios del Princeton Plainsboro: Foreman ha sido nombrado director del centro, su despacho se ha convertido en una sala de ortopedia y su relación con su amigo Wilson se ha vuelto fría y distante. En este nuevo clima laboral, el facultativo continuará utilizando a Tauby Chase para sus propios fines, al tiempo que protagonizará continuas discrepancias con Foreman.

Mientras trata de afianzar su relación de amistad con Wilson, House se obsesionará con un caso clínico: descubrir la causa del extraño fallecimiento de una niña de cuatro años, iniciativa a la que se opondrá la dirección del centro. Además de tratar de salvar la vida a un trasplantado tratado por Wilson, el reputado médico atenderá a un singular grupo de pacientes, como un animador con parálisis parcial, un enfermo de Alzheimer con bruscos cambios de humor, un abogado que asegura haber padecido un infarto durante interrogatorio o un modélico ciudadano que oculta oscuros secretos de su vida personal y profesional.