La reacción de Stephan ha sido mucho más positiva de lo que Jero se esperaba. “Me cabreé con mi padre, pero no porque sea gay, sino porque no tuvo los huevos de decírmelo. A medida que yo iba creciendo y él iba soltándomelo, yo me iba cabreando más”, explica. Poco después, Jero reúne a la familia y les da la oportunidad de que se reconcilien en un abrazo.