Cuando los jóvenes ven las imágenes de su erróneo comportamiento reconocen su mal hacer y romper a llorar, aunque no siempre… Alejandro ha visionado junto a Jero las violentas escenas en las que la emprende a golpes contra su familia y, lejos de romperse, ha mostrado una sonrisa. “Me arrepiento de haber roto los muebles, pero ellos se merecen que les trate así, es imposible que yo les pida perdón”. Alejandro ni siquiera ha aceptado abrazar a su familia.