Tras entrevistarse con una psicóloga especialista en adictos a la prostitución de lujo, Alejandra Andrade ha tenido la posibilidad de entrevistar a uno de sus clientes. Un empresario rico y exitoso para el que los burdeles de lujo fueron su segunda casa durante 6 años.
“Trabajaba para una multinacional, estaba sometido a mucho estrés y ese estrés me llevaba a tener una vía de escape”, asegura el empresario.
“Yo cuando iba a un prostíbulo podía estarme allí 1 o 2 días, incluso 3. Me podía gastar hasta 30.000 euros en un fin de semana”, cuenta sin poder calcular el dinero que se ha podido dejar en los carísimos burdeles a los que asistía.