Miriam pasa de Cayetanos: “Yo soy de barrio, de fumarme un porro en un banco”

Los nervios han hecho que fueran poco a poco, pero Abel y Miriam se han dado cuenta rápidamente que hablaban el mismo idioma. Prefieren un banco a una tarde de pintxos, van a las mismas discotecas, no creen en Dios y han puesto los cuernos por venganza. ¿La pareja perfecta?

Abel se ha presentado como un chico tímido que va poco a poco en las relaciones “hasta que me enchocho soy un poquito pasota, luego ya soy más detallista, cariñoso”. Mientras que Miriam se ha mostrado mucho más segura de sí misma “Yo soy de barrio, soy más de fumarme un porro en un banco que de irme a Salamanca de pintxitos. No me gustan ni los Cayetanos ni los pijos, se lo tienen muy creído y me considero más de barrio”.

La primera impresión entre ellos ha sido muy buena y rápidamente la conversación ha comenzado a fluir. Miriam es de Móstoles y no le ha sonado nada raro el nombre del pueblo de Abel “¿De Carranque? Ahí va mi padre a comprar el pienso para las gallinas”. Y no era la única coincidencia que iban a encontrarse.

Han comenzado hablando de dónde les gusta salir de fiesta y la casualidad ha querido que los dos tuvieran el mismo plan para el sábado, les gustan las mismas discotecas. Miriam no quería que Abel se hiciera una idea equivocada de ella y además de contarle que le apasiona TikTok, le ha contado que ella no suele vestir así “Me ves de pija, pero yo soy más de ir en chándal”.

Con el tema de la fiesta en común, Miriam y Abel ha comenzado a hablar de sus relaciones sentimentales y ambos han descubierto que había sido infieles por venganza. Abel le ha contado que le puso los cuernos a su última pareja porque ella se los había puesto ante y a Miriam le pasó algo parecido.

No quería que su exnovio se enterara, pero a estas alturas ya sabrá que ella no se quedaba quieta cuando él le hacía daño “me acostaba con un chico y la mañana siguiente iba a su casa como si nada y decía ‘toma’”. Lo único que no soporta Miriam, es que le hagan ‘ghosting’, se lo hicieron con 16 años y tiene claro que ella no se lo haría a nadie “Si no me gustas, te lo digo y me voy, pero no me voy sin dar explicaciones”, sabe lo mal que se pasa.

Miriam ha querido saber si Abel quería casarse y tener hijos porque ella tiene dibujada en su mente la boda de sus sueños “Desde los 3 años sé que me voy a casar con un vestido con escote corazón, cancán y todo en blanco y rosa diseñado por mí”. Eso sí, no tiene claro si será por la iglesia o no porque asegura “no creo en Dios porque me lo han metido a la fuerza”. La familia de su madre es muy religiosa y ella ha ido a un colegio del opus solo para niñas en el que los únicos hombres eran los curos y había que rezar tres veces al día.

Superados los nervios y con un montón de cosas en común, Abel ha dejado claro que le gustaría tener una segunda cita con Miriam y ella le ha dado un viceversa. Siente que Abel ha estado un poquito cortado durante la cena y que le puede dar mucho más fuera de cámaras. Recordemos que ya había quedado para ir a la misma discoteca el siguiente sábado.