Serio, contenido y asegurando que estaba oxidado en el tema de las citas, Luis Alberto ha conseguido que Matías y Carlos Sobera sufrieran un ataque de risa nada más poner un pie en el restaurante del amor. Este jubilado argentino se dedica en sus ratos libres a ser escultura humana en las calles de Barcelona y todo apuntaba a que Sobera se iba a quedar sin una moneda, de tanto animarle.
“Dicharachero y campechano”, así se ha presentado Luis Alberto y la verdad, es que no ha podido decir mucho más porque cuando Sobera le ha preguntado por el amor, le ha entrado un ataque de risa que ninguno de los dos ha podido frenar. Lleva tantos años sin tener relaciones con una mujer que no sabía ni que decirle.
De hecho, entre carcajada y carcajada ha bromeado con la posibilidad de quedarse tumbado en la cama como una estatua humana y esperar a que alguien le echara la moneda. Con pocos palabras, mucha ilusión y sin dejar de sonreír, Luis Alberto ha tenido una cita con Aurora, una mujer mucho más activa que él a la que ya de entrada no le ha gustado nada eso de que fuera escultura humana.