Carolina tiene muy claro lo que busca en ‘First Dates’: “Un Adonis coruñés”

  • A Carolina no le importa que su Adonis sea de Vigo: “Ahora con el cercanías”

  • Adriel, un aspirante a actor que juega al fútbol americano: “Tengo el ego muy subido”

  • Sigue ahora Cuatro EN DIRECTO

Cansada de ver siempre a la misma gente por A Coruña, Carolina ha venido a ‘First Dates’ en busca de su propio “Adonis coruñés”, un hombre alto, moreno y que vaya al gimnasio. Adriel con cumple con todos sus requisitos, pero tiene el ego muy subidito y puede que ¿consiga enamorarla?

Adriel se ha presentado como un chico con el ego subidito y convencido de tener muchas posibilidades. Y es que es un chico muy completo que juega al fútbol americano, trabaja de portero de discoteca y ha hecho sus pinitos como actor, entre otras cosas. Un chico guapetón que podría ser el “Adonis coruñés” que Carolina está buscando.

“A mí los hombres me gustan altos, morenos, que se cuiden, que vayan al gimnasio, lo que viene siendo un Adonis coruñés”, ha asegurado una Carolina con las ideas muy claras, que le ha explicado a Carlos Sobera que está cansada de ver siempre la misma gente por su ciudad.

Al presentador le ha parecido muy complicado la exigencia de que el hombre que la enamorara fuera de A Coruña obligatoriamente y le ha preguntado que si le valdría un “Adonis de Vigo”. Carolina se ha mostrado flexible y le ha respondido con un “Ahora con el cercanías”. La soltera viene buscando a un joven que le robe el corazón y hemos cruzado los dedos para que ese hombre fuera Ariel.

El pecho de Carolina despista a Adriel: “Cuando vi que tenía las tetas grandes dije “¡Puf!” e intenté desviar la mirada”

Adriel ha esperado en la mesa hasta que Carlos Sobera le presentara a la joven con la que iba a tener su cita a ciegas y al ver Carolina ha tenido que hacer verdaderos esfuerzos para no mirarle el escote “Cuando vi que tenía las tetas grandes dije “¡Puf!” e intenté desviar la mirada”.

Los ojos se le iban al escote de su cita, pero ha intentado ser respetuoso y poner sus cinco sentidos en mirar a Carolina a los ojos. Tenía delante a una chica con una dura historia de vida y un montón de cualidades que la podían enamorar. Y además, vivían muy cerquita el uno del otro.