Emilio ha llegado a ‘First Dates’ hecho un manojo de nervios y no ha tenido más remedio que pedirse una copa de vino después de 15 años sin probar el alcohol, o eso es por lo menos lo que nos ha dicho, porque según ha empezado la cosa, no sabemos si sabía muy bien lo que decía o no.
Emilio estaba bromeando con Matias ante la posibilidad de salir corriendo del restaurante si la chica no le gustaba, para él el físico es muy importante, y al escucharles, Carlos Sobera se ha interesado por la conversación “¿Es un cobarde?”, ha bromeado. Sin embargo, en el momento que le ha preguntado a Emilio por el amor, el presentador se ha quedado descolocado porque este asegura que no necesita amor para tener una relación estable y aunque Matías ha confesado que a él también le había pasado alguna vez, los tres han entrado en un bucle de malos entendidos.
Carlos Sobera ha tenido la sensación de que Emilio era un picaflor y que no era un buen partido para la chica que estaba a punto de entrar. Siempre sin perder el sentido del humor, Sobera le ha advertido a Sandra que estaba a tiempo de marcharse y no tener la cita con Emilio “te ha tocado una buena pieza”. Y es que al saber que a ella le importa algo más que un físico ha sentido que no iban a congeniar.
Sin embargo una vez más, las apariencias y primeras impresiones engañan. A Emilio le ha gustado mucho Sandra, bueno su castaña no tanto, y desde el primer momento ambos han congeniado de maravilla. Tanto que el presentador de camino a la mesa le ha soltado un “Al final se enamora”.