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Paula es consciente de que va “con cara de culo por la vida” y que la gente que no le conoce piensa que es “una estúpida y una borde”, es consciente de que mira mal y “las caras me delatan”. Ha venido a ‘First Dates’ a ver si encuentra a una persona normal y alejarse de los hombres infieles. Ella nunca ha sido infiel “no le veo la gracia”. Al hombre que está buscando solo le pide que no sea un nini y que sepa hablar y que no diga “haiga, fuera, sin, cantemos, juguemos, bailemos…”.
Cuando Elsa Anka se ha ido a buscar a su cita, le ha dicho a Matías que le encantaría que su cita viniera en chándal gris y la presentadora no ha tenido más remedio que darse la vuelta “¿Te vale en chándal para la primera cita?”, “Sí, así me va” ha respondido Paula. Igual algo tiene que cambiar en sus gustos para empezar a acertar, pero ella lo tiene claro “hay empotradores con chándal que tienen sus estudios y de todo”.
Noel, su cita, está de vacaciones y tras exprimir Paris al máximo, ha venido a ‘First Dates’ en busca de una chica a la que le guste vivir a tope como a él. Sin embargo, nada más verle, la cara de Paula ha comenzado a lanzar subtítulos y ha dejado claro que no le había gustado nada de nada. Ella esperaba a un tipo con chándal gris y ha entrado “un Cayetano”. Eso sí, cuando Elsa le ha preguntado que si tenía chándal gris, él ha respondido con un sí.
A Noel, su cita le ha parecido una chica despampanante, una chica sexy, explosiva… Y han comenzado hablando de sus lugares de residencia y con un brindis.
Noel se ha quedado un poco frío al saber de primeras que él era todo lo contrario a lo que esperaba Paula de un chico y que su forma de vestir le parecía muy pija. Sin embargo, ella le ha dicho que le gustaban los chicos con chándal gris, pero que no estaría con ninguno porque “tiene el cerebro de un pistacho”. Un detallito que a él le ha devuelto las esperanzas.
El soltero le ha contado que se pone el chándal para hacer deporte y que ahora estaba practicando escalada. “Eres el típico soltero de Tinder que hace escalada”, ha soltado Paula volviendo a dejar a Noel atónito. La verdad es que él tiene una foto en el rocódromo en su cuenta de Tinder y ella le ha confesado que cada vez que ve una pasa la foto. A Paula no le gusta nada el deporte y solo va al gimnasio “para bajar la barriguita”.
Desde que le ha visto cruzar la puerta del restaurante, Paula ha tenido claro que Noel no era el empotrador que estaba buscando, pero él no ha perdido la ilusión en ningún momento y ha querido saber qué había pensado de él para intentar ganar terreno por otro lado. Ella le ha confesado que la primera impresión ha sido “mal”, pero que le parecía bien que “sabes hablar y conjugas los verbos, me sirve”. Ella siente que Noel no tiene cara de empotrador “yo quiero que me empotren y este tiene pinta de que te abraza”.
Noel estaba encantado con su viaje a Paris y le ha recomendado a Paula ir al Museo del Louvre porque le había encantado ver a La Gioconda y “esa otra que es muy famosa que tiene el brazo roto”. Ella le ha contado que no es muy de museos “no te dejan tocar” y a ella le gusta saber de qué están hechas las obras “acuarela, pan rallado…”.
Respecto a las manías, Paula le ha confesado que se pone los calcetines al revés porque le molesta la costura y él le ha dicho que traía dos calcetines porque es muy friolero “tengo sabanas de coralina”. Paula no daba crédito “voy a su casa y me mete en las sábanas de franela y se me meten hasta las bragas para dentro”.
En el fotomatón, Paula le ha advertido que no le iba a besar, pero Noel lo ha intentado hasta el final. Él estaba convencido de que podían darse una oportunidad, pero Paula le ha dicho que se lo había pasado muy bien, pero que no tenía pinta de ser el empotrador que estaba buscando. Noel le ha dejado claro que las apariencias podían engañar y que siempre iba a tener “el beneficio de la duda”.