Manuel se santigua al saber que su cita de ‘First Dates’ es una leona: “Cuidado, que yo soy un tigre”

Carmen se define como una auténtica leona y no tira la toalla. Ha venido a ‘First Dates’ por tercera vez y le ha explicado a Carlos Sobera que busca a alguien que le de lo mismo que da ella, pero que cada uno en su casa. Busca a un hombre que baile, pasee, no se quede en casa y le guste hacer cosas.

Antes de sentarse en la mesa, Carmen le ha dicho a Carlos Sobera que tenía algunos secretos en su bolso. No va a ningún sitio sin su carmín y su cepillo del pelo, dos objetos que le ha dejado de pista a su cita para que la conociera un poquito más.

Manuel, su cita, es un apasionado del baile y ha llegado a estar 20 horas sin parar. Ahora está en baja forma y solo dedica ocho horas a la semana al mundo del baile. Al ver las pistas que le había dejado su cita, ha sentido que era un mujer simpática, coqueta y muy activa. Y al verla, también ha sentido que le agradaba mucho lo que estaba viendo.

El soltero ha comenzado la cena contándole a Carmen que todos los días se daba un paseo por el centro de Valencia y que le encantaba bailar. Ella le ha dicho que compartían esas dos aficiones y le ha encantado saber que su cita bailaba en sitios de jóvenes y que le llamaban “Manolo y sus chicas” porque siempre iba con varias amigas a bailar.

En el tema viajes, también han descubierto que a los dos les encantaba y que podían tener un punto de conexión muy fuerte. Los dos llevan 15 años viudos y a Carmen le ha costado mucho creer que Manuel no hubiera tenido pareja en todo ese tiempo. Él le ha contado que lo había buscado con muchas ganas, había estado apuntado hasta en una agencia matrimonial, pero no había encontrado lo que estaba buscando y puede que no estuviera preparado.

Ella le ha dicho que estuvo con una pareja 4 años, pero que ella lo que busca es un novio de fin de semana, una opción que a él el ha parecido perfecta.

En el reservado, Manuel le ha demostrado a Carmen que era un gran bailarín y ha sentido que ella podría aprender a bailar y seguirle el ritmo. La soltera no se ha atrevido con un morreo, pero sí le ha dado a su cita un piquito y un buen abrazo.

La decisión final la han tenido muy clara, Carmen le ha advertido que era una leona y él se ha santiguado y le ha dicho que era un tigre, y que estaría encantado de tener más citas y hasta un viaje con ella.