Beatrice vive en una ciudad cerca de Milán, tiene 27 años, se considera “intensa” y llega al restaurante del amor buscando a un chico del que enamorarse. Su cita es Denis, quien, a simple vista, cumple todos los requisitos físicos que ella pide.
La italiana lleva cuatro años soltera y el de Costa de Marfil también lleva mucho tiempo sin pareja, además, el joven tiene una niña pequeña. A Beatrice le gustan los niños que no son suyos, por lo que no tendrá problema alguno con su faceta de padre.
Entre ellos, ha habido atracción desde el primer momento y no podían ocultarlo en ningún minuto de la cita. La conversación entre ellos ha fluido bastante, los dos han tenido tiempo de tontear y hasta han protagonizado un momento muy peculiar.
Después de la cena, los comensales han acudido a los baños del restaurante, donde había preparada una mesa llena de juguetes íntimos. Los dos han jugado un rato con las plumas, pero, cuando ha llegado el momento de dar un paso más, ha tenido lugar una escena muy peculiar.
Denis le ha preguntado a su cita por el tipo de beso que le daría a una persona que le gusta, a lo que ella ha respondido que le daría uno que no olvidaría “nunca”. Era entonces cuando la joven cogía el pulgar de su cita y se lo besaba, dejándolo a cuadros.
Un momento que le ha sorprendido bastante. Sin embargo, ese carácter guasón de Beatrice ha sido un plus para Denis, ya que a él le ha gustado mucho que fuera tan bromista y alocada.