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Salir en le televisión, conocer a Carlos Sobera, tener tu primera cita a ciegas, saber que el hombre o la mujer de tu vida puede estar a punto de entrar por la puerta… Son muchos los ingredientes que consiguen que los solteros que buscan el amor en ‘First Dates’ estén nerviosos, muy nerviosos. Y ya se sabe que los nervios no son buenos consejeros.
Pero no siempre es culpa de los nervios, hay solteros que aseguran estar muy tranquilos y también de golpe y porrazo se olvidan de donde está Salamanca, confunde la profesión de su cita o incluso, se dan cuenta que se han dejado algo tan importante como la dentadura en su casa.
Ya se ha convertido en todo un clásico de ‘First Dates’ los lapsus geográficos de los solteros del programa. Con la típica excusa de “yo en geografía cero”, hemos visto como muchos de ellos no eran capaces de colocar Sevilla en el mapa o no tenían muy claro dónde iban a vivir junto a la persona que tenían delante. Y es que hemos escuchado cosas tan garrafales, que sus propios protagonistas no han tenido más remedio que pedir perdón a su madre en directo. ¡Mira, mira!
Que tu pareja no sepa dónde está tu lugar de procedencia pica, pero igual si lleva solo seis meses en España no habría que ponerse así, David. A Tijuano le costó un poquito situar a Cádiz en el mapa, pero nos hubiera gustado haber visto a su cita enumerando pueblecitos de Colombia.
Dejando los mapas a un lado, si pensamos en lapsus que nos han sacado una sonrisa y nos ha producido gran ternura a partes iguales, no podemos dejar de pensar en Matías. Se nos viene a la cabeza el día que se estrenó como director de sala de ‘First Dates’ y tuvo algún que otro problemilla con los nombres de los solteros.
Y muy tierno y divertido también fue el lapsus de Javier en su cita con Ana. En esta ocasión más que los nervios, fue su deseo sexual el que le jugó una mala pasada y le llevó a imaginarse que su cita estaba diciendo lo que él estaba imaginando “¿Atarte?”. Menos mal que su cita estaba funcionando muy bien porque la vergüenza se apoderó de él y se puso rojo, rojo, rojo.
No es fácil tener una cita en un programa de televisión ni es fácil conocer a alguien que te gusta y que acabas de conocer, pero en ocasiones es mejor ir poco a poco y no lanzarte a la piscina tan de golpe como lo hizo Natalia. Su cita le dijo que era Técnico de Rayos, un señor que hacer radiografías y pruebas diagnósticas, y ella le soltó un “Te das rayos también”. No se puso ni colorada.
Los colores se los sacó Carlos Sobera a una soltera que vino a buscar el amor en compañía de su madre. El presentador pone sus cinco sentidos en conocer la historia y los gustos de cada uno de los comensales que pasar por el restaurante, pero no siempre es una tarea sencilla. En el caso de Pilar, acabó sacándole los colores y desvelando su pasión más desbordada con un lapsus tan tonto como confundir “ambiciosa” con “viciosa”.
Pero para lapsus, lapsus el que sufrió Manuel. Su cita le dio calabazas porque no tenía dientes y resulta que con los nervios se había dejado la dentadura en casa. Sí, parece mentira, pero así fue como nos enteramos de lo sucedido…