Rosa no aparenta los 61 años que tiene y mucho menos estar jubilado. Le encanta hacer todo tipo de actividades, pero hace lo que puede y cuando puede. Tiene una personalidad “impulsiva e impaciente” y espera encontrar a alguien que le equilibre. Ha estado casada dos veces. No se considera celosa y busca sinceridad en la pareja, pero si pilla una mentira la cosa se ha terminado porque no puede volver a confiar.
Carlos se ha separado dos veces y tiene la sensación de que no le ha ido muy bien en el amor, pero al ver a Rosa ha sentido que la cosa iba a ir bien entre ellos. Es mucho de primeras impresiones y esta le ha gustado. A ella también, no ha sentido un flechazo, pero le ha gustado lo que ha visto y ha sentido.
Durante la cena, Carlos le ha contado a Rosa que él era jardinero y ella le ha explicado el motivo por el que está jubilada y el modo en el que le limita sus actividades físicas. Los dos han ido descubriendo que les gustaban las mismas cosas, pero a ella le preocupa un poco que Valencia y Elche estén a unos 170 kilómetros de distancia.
A Rosa le ha parecido muy curioso que Carlos también se hubiera casado dos veces como ella, pero no le ha gustado demasiado saber que tenía una buenísima relación con su segunda mujer. Ella cree que las cosas que se terminan se terminan, pero él le ha aclarado que no tiene ninguna carga emocional y que su historia de amor se acabó hace años. Rosa es una mujer moderna para muchas cosas, pero clásica para las relaciones de pareja.
Al saber que Carlos buscaba también ir poco a poco en una relación y esperaba encontrar tranquilidad al lado de su pareja, Rosa ha tenido claro que la distancia entre sus ciudades no era tanta y le ha dicho que sí quería seguir conociéndola. Podría haber encontrado el equilibrio que estaba buscando.