Tres especies de tortugas marinas son los animales buscados por la familia Canela-Margarit en la península del Yucatán: la carey, la kaguama y la blanca, conocida en Europa como la tortuga verde.
Las aguas de Yucatán son un espectáculo, el lugar ideal para iniciarse en el snorkel. Y eso será precisamente lo que Unai tendrá: su bautismo de buceo. La primera vez que se asoma a los fondos marinos con su tubo de snorkel no sabe hacia dónde mirar, atraído por los corales multicolores y toda la belleza que le rodea.
La embarcación es de pequeño tamaño así que solo Unai y Andoni van a poder bucear. Rayas, barracudas y cientos de peces se cruzan en las inmersiones de Andoni. Con ayuda de Vicente, un guía español, creen que será más fácil localizar alguna tortuga. Así es: al final del día consiguen unas estupendas fotos de un ejemplar carey.
Amaia también quiere ver tortugas, así que sus padres deciden enseñarle a hacer snorkel, una experiencia que nunca va a olvidar. Con toda la familia nadando, de repente salta la alarma: un tiburón se acerca. Pero en estas aguas, si no se hacen movimientos bruscos, no son animales peligrosos. Tras el susto llega el premio: una tortuga caguama, la última que les faltaba por ver. Unai y el resto de la familia tampoco pueden olvidar el paseo de noche por una playa para ver el desove de las tortugas rodeadas de aguas transparentes con una fascinante riqueza de colores, un marco espectacular para hacer la foto perfecta.