Los okupas de lujo eligen viviendas que destacan por sus vistas o su localización. Al hablar con una de las mujeres que vive en estas condiciones, reconoce que casi todos los vecinos tienen casas en propiedad pero alquiladas para poder vivir y pagar sus hipotecas. Como consecuencia, los propietarios e inquilinos se quejan de las elevadas facturas de luz y agua que llegan a fin de mes por culpa de estos vecinos ilegales.