Nosotros no sabíamos ni a dónde ni a qué íbamos, ellos sabía a qué, pero no a dónde. Un reportero de ‘En el punto de mira’ acompaña a un voluminoso grupo de activistas veganos durante el asalto a una granja de cerditos. En concreto a una granja paritorio. Antes de subirse al autobús en el que se les llevará hasta la granja, el líder del movimiento les pide que realicen una sentada pacifica si aparece la policía y se les entrega un kit con un mono de papel, una camiseta, guantes, mascarilla y protectores para los pies. Los activistas se introducen sin permiso en la granja para mostrarle al mundo las pésimas condiciones en las que se encuentran las cerdas y los lechoncitos recién nacidos. Los activistas intentan luchar contra lo que ellos consideran inhumano y lloran por la situación.