Casi sin restricciones y a punto de quitarnos las mascarillas en interiores, España está cerca de recuperar la normalidad de antes de la pandemia por Coronavirus que comenzamos a sufrir hace dos años.
Sin embargo, China está igual o peor que al inicio de la pandemia y el país ha decidido repetir el confinamiento total para frenar la variante ómicron.
Como si no hubiera pasado el tiempo, el régimen ha optado por la misma solución para atajarlo, confinando no solo a los 25 millones de habitantes de Shanghái, sino a decenas de millones más en otras ciudades donde también se han detectado casos.
El problema es que esta política de 'covid 0', que funcionó como medida de emergencia para atajar la propagación inicial, puede que no sirva para contener al subtipo BA.2 de ómicron, que ya circula por 28 de las 31 provincias del país y que es hasta un 30% más contagioso. Más difícil de detectar por la levedad de sus síntomas, la altísima capacidad de transmisión de la BA.2 es tan imparable como los resfriados de cada invierno, por lo que el resto del mundo ha decidido convivir con ella y "gripalizarla" gracias a la protección de las vacunas y de la inmunidad de grupo adquirida por los contagios de los dos últimos años.
'En boca de todos' ha hablado con eladio López, un español que se encuentra confinado en Shanghái y que nos ha contado lo que están viviendo en el país asiático: "Yo tengo de todo en casa, todo tipo de alimentos. Más que escasear la comida es que han confinado a todo el mundo y el problema es que tienen que mejorar la logística para repartirla", nos ha contado.