La Rebe está feliz al tener a toda su familia al completo en Tenerife, pero hay algo que le preocupa y en una conversación con su madre Marisol a solas habla sobre esto.
Madre e hija dan un paseo al amanecer por la playa, algo que suele hacer la Rebe en su día a día: "Cada mañana me vengo a pasear". "Me parece precioso", le decía su madre y ella le explica: "Presento el día, me pongo a orar y se me quita todo".
Marisol va al grano y le pregunta cómo está de sentimiento y de corazón porque nota que no está bien del todo. "Estoy como cuando estaba en la edad del pavo, que no sabía ni lo que quería, me siento así. A veces me siento triste, a la vez feliz, siento aquí algo en el pecho que no sé que me pasa", le explica su hija mayor y su madre cree que a eso "hay que buscarle una solución".
Además, viven un momento divertido de crisis al pensar cuál es el oceáno que están viendo y no llegan a una conclusión clara. Marisol y su hija se hacen un test la una a la tra de cúanto se conocen porque Marisol cree que ellas son completamente iguales. Y terminan así un íntimo momento entre ellas que les ha servido para hablar de lo que La Rebe siente ahora mismo y que se da cuenta al finalizar el viaje del motivo por el que puede estar así.