Sandra quería sorprender a sus chicos y lo consiguió. Primero se los llevó a una excursión muy hippie en la que descubrieron lugares mágicos como la Plaza de la Brujas, se convirtieron en protagonistas de un ritual sagrado y se lo pasaron pipa pintando sus cuerpos con chocolate. Las energía fluyeron entre ellos a las mil maravillas, pero Sandra necesita estar segura de sus sentimientos. Les explicó a Chencho y Jony que con ellos se podía imaginar fuera del programa, pero que tenía muchas dudas respecto a Miguel y que quería ir a conocer su entorno y su vida para salir de dudas.