Javier Abascal ha vuelto a liarla, otra vez, sí. En esta ocasión ha salido con su cámara oculta a las calles de Madrid en busca de pobre gente que, sin saberlo, acepte ser su pardillo de turno. Entre una broma y otra, Abascal ha acabado tirándo una maza de malabares a la cabeza de una joven por accidente.