Una trabajadora del hospital se conmovió con la escena de fidelidad de estos perros que durante una hora permanecieron a la espera. No se despegaron de la entrada esperando que regresara su dueño.
"Una persona sola, pobre, que depende de ayudas para superar el hambre, el frío, el dolor, la maldad del mundo, tiene a su lado los mejores compañeros, y el intercambio es recíproca. Intercambio de amor, cariño, calor, comprensión. Una persona que nos ha confesado que deja de comer para alimentarlos. No sé cómo es su vida, ni por qué está en la calle, y no quiero juzgarlo, porque admiro el respeto y el amor que tiene por sus bichitos. Verlos así, esperando en la puerta, sólo muestra cuán bien amados son y lo bien cuidados que están."
La fotografía y la historia colgada en la red tuvo mucho repercusión en los principales medios brasileños que revelaron la identidad del hombre, César, un recogedor de cartones, que vive en la calle con muy pocos recursos. Así contaba su vida con sus perros, todos abandonados y que él recogió.
"Yo salgo a las 4 de la mañana que está un poco más fresco, para recoger el reciclaje y ellos vienen, adonde voy ellos vienen conmigo", contó el hombre.