Estos son ocho aterrizajes milagrosos que podían haber acabado en tragedia

Noticias Cuatro 12/11/2018 18:59

Logra aterrizar el avión sin víctimas pero lo acaban echando de aviación

Uno de los primeros casos de aterrizaje de emergencia exitoso de un avión civil fue el de 21 de agosto de 1963. Un Tu-124 con 45 pasajeros y 7 tripulantes a bordo despegó de Tallín (Estonia) rumbo a Moscú cuando el capítan, Víktor Mostovói, se percató de que el tren delantero de aterrizaje no podía cerrarse bien y se quedó bloqueado, tal y como recoge 'RT'. Es por ello que el punto de control de vuelos decidió que se debía interrumpir el vuelo y realizar un aterrizaje en Leningrado (actualmente, San Petersburgo). Una vez en el espacio aéreo de Leningrado, la nave empezó a dar vueltas, para agotar el combustible y reducir el riesgo de incendio durante el aterrizaje forzoso.

Pese a que el problema parecía que había encontrado solución, se complicó aún más. Según la versión oficial, los cálculos no se realizaron correctamente y los motores se pararon antes de la hora calculada por el déficit de combustible cuando el Tu-124 estaba sobrevolando el centro de la ciudad. Sin otra opción, el avión amerizó en las aguas del río Nevá. A causa de este accidente Mostvói fue despedido de la aviación.

Otro caso relacionado con la falta de combustible

Mientras que en el primer caso fue un fallo de cálculos casi en el desenlace del problema, el 23 de julio de 1983 este fue el origen del aterrizaje de emergencia. El vuelo 143 de Air Canada se quedó sin combustible a una altitud de 12.500 m cuando llevaba recorrido la mitad de su vuelo desde Montreal a Edmonton, Canadá. Todo fue por un error de recarga de combustible causado por un reciente cambio al sistema métrico. Bob Pearson, el capitán de la tripulación, logró controlar la situación y aterrizar en el Gimli Industrial Park Airport, una antigua base de la Fuerza Aérea de Canadá en Gimli (Manitoba), tal y como recoger Gizmodo.

Cuando no falla el combustible, pueden fallar los motores

No uno, sino cuatro motores son los que fallaron el 24 de junio de 1982 en el Vuelo 009 de British Airways de Heathrow (Londres) a Auckland (Nueva Zelanda). El avión penetró en una nube de ceniza volcánica procedente de la erupción del Monte Galunggung (situado a unos 180 km al sureste de Yakarta, Indonesia), lo que provocó que sus motores se detuvieran. Además, en la cabina de los pilotos no funcionaron las máscaras de oxígeno, por lo que el comandante Eric Moody decidió descender a una velocidad de 1.800 metros por minuto hasta una altitud donde la presión exterior fuera la suficiente para respirar con normalidad.

A una altura de 4.100 metros consiguieron arrancar uno de los motores y usaron su potencia para reducir la tasa de descenso. Luego, pudieron arrancar los demás motores y la nave pudo aumentar la altitud y esquivar las grandes montañas indonesias. Sin embargo, los problemas volvieron a surgir, ya que uno de los motores dejó de funcionar por completo. A medida que el Vuelo 009 se aproximaba a Yakarta, la tripulación se encontró con la dificultad añadida de no ver nada a través del parabrisas y, por ello, tuvo que realizar una maniobra de aproximación guiándose solo con los indicadores de la nave pero sin ver nada. El aterrizaje fue exitoso y nadie resultó herido.

Aterrizaje exitoso, pero con dos heridos

El 19 de febrero de 1985, después de diez horas en el aire, uno de los motores del avión que realizaba el vuelo 006 de China Airlines de Taipéi a Los Ángeles, con 243 pasajeros y 25 tripulantes a bordo, falló. La nave se fue a pique y el avión descendió 3.000 metros de golpe. Por fortuna, los pilotos pudieron recuperar el control de la nave cuando estaba a una altura de 2.800 metros y realizaron el aterrizaje de emergencia en San Francisco.

El avión que podría haber matado al primer ministro británico Gordon Brown

El origen de este incidente ocurrido el 17 de enero de 2008 fue la formación de cristales de hielo en el combustible, que provocó que los motores perdieran fuerza. Por ese motivo, el vuelo 38 de British Airways de Pekín a Londres con 136 pasajeros y 16 tripulantes a bordo perdió el control cuando empezó a descender en el aeropuerto de Heathrow. El avión voló planeó para evitar chocarse contra los edificios. Logró sobrevolar las autopistas vecinas, en una de las cuales iba en ese momento el coche que estaba transportando al entonces primer ministro británico Gordon Brown. Aterrizó en el césped, unos 270 metros más allá de la pista de aterrizaje, y el único daño fueron heridas leves en cuatro tripulantes y 15 pasajeros.

El milagro de Hudson

El 15 de enero de 2009 el vuelo 1549 de US Airways de Nueva York a Charlotte (Carolina del Norte), con 150 pasajeros y cinco tripulantes a bordo, chocó contra una bandada de gansos poco después del despegue y perdió la potencia de sus dos motores. 40 segundos más tarde el capitán, Chesley Sullenberger, hizo un aterrizaje sobre las heladas aguas del río Hudson. Ninguno de los pasajeros resultó herido. Permanecieron en las alas de la nave hasta que las lanchas que acudieron el lugar les evacuaron. Esta historia se llevo a la gran pantalla en 2016 a través de la película 'Sully' protagonizada por Tom Hanks.

Todo estaba en su contra, pero lograron salvarse

El 8 de septiembre de 2010 el avión de pasajeros Tu-154 de la compañía rusa Alrosa realizaba un vuelo desde el aeropuerto siberiano de Poliarni a la capital rusa, Moscú, cuando fallaron todos sus sistemas: de navegación, radiocomunicación y en general el suministro eléctrico. Nada funcionaba y la nave se encontraba a una altura de 10.000 metros con 72 pasajeros a bordo. Sin embargo, los pilotos lograron realizar un aterrizaje milagroso en una pista estrecha no destinada a aviones grandes que estaba en desuso a lo largo de la última década y rodeada de un espeso bosque de pinos. Nadie resultó herido en el accidente.

Tras un primer aterrizaje fallido lograron tocar tierra

El 29 de abril de 2011, nada más despegar del aeropuerto militar de Chkálovski, en los alrededores de Moscú, un avión Tu-154 empezó a inclinarse hacia los lados. Los pilotos intentaron estabilizarlo, pero la aeronave siguió dando bandazos. La tripulación emprendió un intento de aterrizaje, pero sin éxito. Milagrosamente, unos minutos después, el Tu-154 logró tocar tierra sin sufrir daños. Según los datos previos, durante el vuelo falló el sistema de control de la aeronave. A bordo no había pasajeros y ningún miembro de tripulación sufrió lesiones.

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