Con la hipótesis de homicidio descartada, los agentes creen que la mano pertenece al cadáver de una persona que fue arrollada y que el miembro quedó adherido de alguna manera al tren. Posteriormente, este se desprendió cuando entró a la estación.
Según ha explicado el trabajador, llevaba varios días viéndola en la plataforma, aunque pensaba que se trataba de un guante. Al acercarse al recogerlo, comprobó que era una mano humana, por lo que alertó a los agentes. La investigación se centra ahora en comprobar el ADN de la mano para cotejarlo con el banco de personas desaparecidas y también con los atestados de arrollamientos de Valencia en las últimas semanas.
Por las vías de la Estación del Norte pasan indistintamente trenes de cercanías, media distancia y larga distancia, lo que está dificultando la investigación. Además, la Comunidad Valenciana pertenece a la llamada zona Este, en la cual se produce más de un arrollamiento al mes.