El filósofo Ernesto Castro analiza el trap, un fenómeno musical y social de filosofía millennial para la crisis en España. En su libro recoge cómo este género no solo abarca meros elementos estéticos, sino que tiene un trasfondo político.
Los artistas de trap mantienen una actitud despreocupada, de ir a la contra, que nace en los bajos fondos y en España, además, ante una generación desencantada por la crisis y sus políticos. Este fenómeno no se entendería sin las redes sociales, que es su medio de difusión, pero también, de división. Sus letras sencillas y a veces divertidas esconden referencias de actualidad política, de inmigración y hasta de memoria histórica.
Además, también mantienen una estética original, con uñas largas y trabajadas, combinadas con el famoso movimiento del twerking o perreo.
Muchos artistas quieren ser mainstream, y para llegar a más público, es importante lograr la fusión, creando hasta nombres propios como el flamencamp de Rosalía.