Para preservar la seguridad y garantizar el bienestar del pequeño Julen, un sismógrafo se desplazará hasta la zona y así podrá medir la vibración del terreno. La máquina perforadora que está trabajando en las labores de rescate está golpeando en gran potencia el terreno con unos movimientos de rotaciónz. Es decir, está siguiendo una técnica de rotación y percusión. Estos movimientos generan unas ondas con una velocidad de trasmisión que van a ser medidas constantemente por el sismógrafo para garantizar la seguridad del pequeño. Hasta los 60 metros de profundidad llegará la máquina, una vez llegados a ese punto serán los ocho mineros asturianos expertos se deslicen hasta abajo y comiencen a perforar ellos mismos el túnel.

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