El problema de las reservas fallidas va en aumento y supone un serio perjuicio para muchos restaurantes. Por eso, algunos ya empiezan a cobrar un anticipo en la reserva. Entre los comensales, la idea no ha causado rechazo. "Supongo que para el empresario será una ayuda para poder organizarse", declara un usuario anónimo.
Hasta ahora, a la hora de reservar en un restaurante, piden como datos su nombre, un teléfono, el número de personas y una hora. A partir de que esta medida entre en vigor se añadirá una señal y acudir a comer será responsabilidad de cada uno.
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Empujar el carro de la compra no es una cosa solo de ellas. Aunque todavía haya menos presencia masculina en los mercados, la tarea se realiza a partes iguales. En pleno siglo XXI, las figuras en falda representando a la mujer exclusivamente para ir a comprar han quedado obsoletas. Sustituyen estas por otras que incluyan a hombres junto a un carrito.
Un vecino de toda la vida ha convivido durante cinco meses con el cadáver de su hermano Antonio. Hacía días que alguien en el bloque se olía algo raro y decidió avisar a los Mossos. Cuando la Policía entró, se encontró a Antonio muerto en su cama. Estaba momificado y envuelto en sábanas. Para Eduardo, el hombre detenido, todo tenía una explicación: estaba cobrando la pensión de su hermano.
"Hay poca ayuda hacia esas personas" y "es un delito" son las declaraciones quizá más escuchadas entre los vecinos de Islantilla, en Huelva, en cuyo paseo marítimo se concentran oleadas de manteros en verano. Pese a que para los ciudadanos las opiniones están divididas sobre este tipo de venta, los comerciantes y dueños de establecimientos parecen tenerlo claro: el top manta les resta beneficios y "destruye el empleo".