Brandon Covey, capitán de la tripulación de un helicóptero militar, elegía sorprender de esta manera a su madre que se encontraba debajo de una canasta con los ojos vendados, mientras varios animadores de los Kings encestaban. Vanesa Ibarra, la madre del soldado, no se imaginaba que tras esa oleada de jugadores estaría el mejor triple: su hijo, al que no veía desde hace seis meses.
Una pista auditiva alertaba a la madre de Covey de que algo raro estaba sucediendo en el campo de juego: "¡Espera un momento, él no está en el equipo de las clavadas!", pronunciaba el comentarista del partido cuando Covey se infiltró entre los animadores vestido de militar.
En ese momento, Brandon se aproxima y le quita la venda a su madre emocionado. Ambos se funden en un abrazo entre aplausos y furor de los espectadores presentes en las tribunas.
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