Las pulseras de control que llevan 1.037 maltratadores en España tienen casi 10 años y necesitan renovarse. Pero ninguna empresa quiere hacerse cargo de ellas porque el presupuesto que ofrece el Ministerio de Sanidad es tan bajo que no llegaría para lo que exige: renovar 3000 pulseras y atender a las víctimas. Por su parte el ministerio asegura que está trabajando en nuevos pliegos para evitar que vuelva a quedar desierto. Pero es que además los trabajadores de este centro se quejan de que solo tiene siete minutos para atender cada emergencia. Dicen que la tecnología de las pulseras esta tan obsoleta que el 70 % de las alertas son por fallos técnicos. Es mucho lo que está en juego. Del buen funcionamiento de este servicio podría depender la vida de muchas mujeres y niños.