Los forenses han determinado que los niños tenían numerosas fracturas craneoencefálicas. Creen que los golpearon con un objeto pesado y cilíndrico porque las heridas no tienen bordes cortantes, según publica el diario Información.
Los padres se niegan a declarar. Ninguno de ellos recuerda que pasó exactamente. Aunque los dos están acusados de asesinato en prisión preventiva y sin fianza, los investigadores creen que ella, en un brote psicótico, los mató y luego los enterró.
Ayer vimos, en exclusiva de Cuatro al Día, como los agentes la encontraron escondida en un bidón minúsculo y desnuda. Necesitó algo de ayuda para salir de allí. Estuvo horas sin decirle a los agentes dónde estaban sus hijos. Finalmente accedió a decirles dónde les había enterrado pero no admitió haberlos matado ella. Si lo hizo después, ante los médicos del hospital. A ellos les dijo que Dios le había ordenado matarlos.
Tanto María como el padre de los niños, Gabriel, están en la prisión de Picassent desde el pasado fin de semana. Ambos están en el programa del protocolo antisuicidio y acompañados 24 horas de un preso sombra.