Pasadas las tres de la tarde Ariel Alexander se lanzó al agua desde un acantilado de unos diez metros de altura. Vestía pantalón marrón y unos calzoncillos rojos. Sus amigos pudieron ver cómo se sumergía y ahí le perdieron de vista. Dos horas después llamaron a la Policía, que junto a los bomberos estuvieron buscando al chico hasta la medianoche, cuando los GEO del Cuerpo Nacional de Policía rescataron su cadáver.
Los restos mortales del joven fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, a donde esta mañana han acudido sus padres y su hermano. La autopsia determinará si falleció a consecuencia de un golpe o murió ahogado.
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