La ballena de unos ocho metros estaba a punto de quedarse varada en la arena de la playa de Zarautz. Por suerte, el equipo de la Cruz Roja se percató de que la ballena necesitaba ayuda, porque a pesar de sus coletazos y esfuerzos no podía regresar a aguas profundas.
Otras personas que estaban en la playa se unieron a la operación rescate y después de varios minutos lograron empujarla alejándola de la orilla y devolverla al mar.
Durante un rato nadaron a su lado enseñándole el camino hasta que la perdieron de vista.