Pasará mucho tiempo hasta que los testigos de esta tragedia puedan superar lo ocurrido... son muchas y muy tristes las historias que han ocurrido en tan solo unos días, en unas horas de un torrentes de agua salvaje, que podría no volver a ser igual en 1.000 años aunque en Mallorca y Tarragona haya gente que sepa lo que es perder su casa varias veces a lo largo de su vida. Pero los verdaderos dramas son los que aquellos que han visto cómo se escapaba un ser querido. Algunos han muerto por intentar salvarlos, como Joane la madre coraje, madre coraje, otros han arriesgado la vida y han logrado convertirse en héroes y poder contarlo.
Y luego están historias como la de Miquel, que hoy se lamenta de no haber podido salvar a su madre. Una de las 12 víctimas de la tragedia. No pudo llegar a tiempo para salvar a su madre, también llamada Joane, lo que es la vida, que decidió acostarse en cuanto empezaron las lluvias.
Miquel iba a casa de su madre por las noches o las mañanas, ella era independiente y prefería vivir sola. Ahora Miquel se imagina sus últimos momentos y esa llegada a la casa con los agentes para comprobar lo que pensaba. Ahí se encontró a su madre en la cama. Mejor suerte corrió Bárbara, que junto a su marido ciego pudieron ponerse a salvo en el piso superior. Sabe que lo ha perdido todo, pero no la vida. Ni tan siquiera va a poder recuperar ni los recuerdos que quedan dentro de sus muebles.
Marc estuvo literalmente con el agua al cuello cuenta que como si hubiera sudo un tsunami el agua que llegó y atravesó su casa. Incluso en lugares alejados del torrente ahora no queda nada. La gente aún se emociona al recordarlo, al imaginar los rostros de los fallecidos. Unas vidas arrastradas por el lodo en las que poco a poco se abre paso la luz