La Audiencia Provincial ha desestimado así el recurso que presentó el acusado sobre la sentencia de la denuncia, que negó haber golpeado a la menor y que atribuyó la denuncia a una "confabulación" organizada por su esposa y su hija para conseguir una mejor posición en el proceso de separación matrimonial.
La sentencia se fijó en 56 días de trabajos comunitarios y en una orden de alejamiento en cumplimiento de la cual no podrá comunicarse con su hija ni acercarse a menos de 200 metros durante dos años. Además, deberá abonarle una indemnización de 270 euros por las lesiones que le produjo en la agresión.
Los hechos ocurrieron en marzo de 2016 en el domicilio familiar, en un momento en el que la madre no estaba en casa. El acusado recriminó a la menor su bajo rendimiento escolar y que no se preocupaba de hacer los deberes. Tras el desencuentro padre-hija, el progenitor le dio un golpe en la cara a la menos, produciéndole un edema y hemorragia en el ojo izquierdo y eritema en la región nasal, lesiones que tardaron ocho días en curar.
En su apelación, que ha sido desestimada, el condenado negó los hechos y expuso que la denuncia fue presentada cuatro días después de que la supuesta agresión ocurriese, sin que en ese tiempo los profesores de la menor se dieran cuenta de las heridas de la niña.
El padre de la menor tenía dos denuncias más por maltrato infantil, esta vez en casa de la abuela materna, pero estas no han quedado probadas. Según la denuncia, en una de ellas habría golpeado a la niña contra el cristal de una ventana al responsabilizarla de la rotura de esta.