Para conseguir el peso ideal no es necesario pasar hambre. Se puede comer grandes cantidades de comida, aunque no de cualquiera. Los alimentos altos en grasas, como los fritos, hay que evitarlos. Además, es preferible consumir productos bajos en azúcar. Esto no solo nos ayudará a no coger peso sino que será beneficioso para nuestra salud.
El razonamiento alimenticio es importante, pero no es necesario obsesionarse con cantidades exactas ni estar pendiente de la báscula. Con nuestra propia mano podemos medir las cantidades idóneas como, por ejemplo, una porción carne, que no debe sobrepasar la palma de nuestra mano, o los carbohidratos (pan o pasta), que con dos puñados es suficiente para nuestro cuerpo. La fruta y la verdura debe superar los tres puñados díarios.
Atrás queda la 'operación bikini' y las 'dietas milagro'. La clave más importante para mantenerte en tu peso idóneo es quemar más calorías diarias de las que consumes. Esto se consigue con ayuda del ejercicio físico, como escapadas para correr, deportes de grupo, gimnasio, etc. También, hay que consumir durante el día mucha agua y fruta. Esta última es esencial, ya que nos sirve como fuente de alimento y nos aporta vitaminas y fuerzas para afrontar mejor el día. Además, no nos supone un gran incremento de calorías e, indirectamente, nos ayuda a bajar más durante el día.
La clave principal es conseguir encontrarnos a gusto con este hábito alimenticio, intentando quemar calorías a diario o mantenernos el límite si queremos seguir en el mismo peso. Hay que hacer que nuestra rutina se base en ejercicio y comida sana. Cuando no nos demos cuenta de que estamos haciendo dieta, ahí habremos llegado a nuestro objetivo.