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El juez ha enviado a prisión provisional al principal sospechoso de la muerte de Janet Jumillas, desaparecida en Cornellá, Barcelona, el pasado 13 de marzo. Tanto la sangre de la víctima encontrada en su casa como la piedra con la que pudo matarla han sido pruebas determinantes en la decisión. El segundo detenido y posible encubridor, que también comparecía hoy ante el magistrado, ha quedado en libertad.
“Era mi amiga y no le quería ningún mal”, ha afirmado al final de la comparecencia el enviado a prisión, de 32 años, pese a negarse a declarar ante el juez instructor.
El juez le atribuye un presunto delito de homicidio, si bien, según su abogado, Lluís Costa, a él le ha negado cualquier relación con los hechos y solamente admite eso; que eran amigos.
El segundo detenido, amigo de este último, se ha ratificado en la declaración que hizo ante los Mossos d'Esquadra, a quienes negó también cualquier relación con los hechos. Éste ha quedado en libertad provisional con medidas cautelares, teniendo que realizar comparecencias quincenales en el juzgado por un presunto delito de encubrimiento.
Los restos de sangre descubiertos durante el registro del domicilio del enviado a prisión están siendo analizados y para los investigadores confirman que a Jumillas, desaparecida en Cornellá de Llobregat en marzo, la mataron. No obstante, la investigación sigue abierta para poder localizar su cadáver, que todavía no ha aparecido, ya que no estaba en el domicilio registrado.
El principal sospechoso no ha dado ningún detalle de dónde está, y uno de los hilos de los que van a tirar los investigadores es la geolocalización del teléfono del detenido y de los otros implicados, si bien fuentes cercanas al caso han explicado que pudo usar varios teléfonos con el fin de despistar a los investigadores.
Por esta razón, van a analizar oda la información respecto a dichos móviles en busca del punto exacto donde pudo ocurrir el crimen y dónde se ocultó el cadáver.