En Viavélez, Asturias, el mar salta al abordaje de quienes quieren capturar su estado más salvaje. Una impetuosidad que arrastra riesgos que algunos contemplan desde muy cerca sin temer a un Cantábrico que se abalanza sobre la costa asturiana y se precipita también sobre San Sebastián. Aquí el aviso naranja mantiene cerrados los accesos.
Imposible admirar el oleaje desde la primera fila. La prueba de la fuerza del agua es el agujero de 12 metros que ya abrió en el espigón de Zarauz. Mareas que han terminado desbordando la laguna de Baldaio, en La Coruña, ya que los fenómenos costeros también salpican a todo el litoral gallego.