Con escritura contenida, propio de los fármacos, María, la presunta parricida redacta una carta en la que podemos ver un cumulo de reflexiones místicas y religiosas. Carlos Rodríguez, el perito que ha analizado la carta, declara que la ‘’poca separación entre letras, supone una actitud temerosa, dependiente, y sin decisión, desea que otro tome esas decisiones’’.