Si, en el programa anterior, era la afgana Farina Abdul la que se emocionaba profundamente al pensar que ella había podido salir de su país en el año 1994 y que, ahora, muchas mujeres no tendrán las mismas oportunidades que ella por culpa del yugo talibán, hoy ha sido otra mujer la que no ha podido contener las lágrimas.
Mina Muhammad ha preferido mantener su imagen en el anonimato para no perjudicar a la familia que tienen en Kabul y a la que trata de ayudar, llena de impotencia, desde España.
Esta mujer afgana lleva muchos años residiendo en España (dejó Afganistán cuando tenía apenas 4 años) y se ha emocionado mucho hablando de la familia que tiene en su país de origen: “No sabemos qué podemos hacer por ellos. No sólo por mi familia, sino por toda la gente que está allí, que lo único que quiere es vivir tranquilamente”, ha dicho, llorando.
Mina, al igual que Farina, no se cree nada de esta cara "amable" que están dando los talibanes en las redes sociales, cuyas cuentas, por cierto, ya van a ser cerradas. "Por mucho que digan que van a dejar que las mujeres salgan a trabajar, yo ya sé que en otras ciudades que no son Kabul han matado a cuatro comandantes y se están llevando a las chicas".