Una mujer se puso en contacto con la dueña de una vivienda en Alicante para alquilársela. Hasta ahí, todo normal. Pero después ese piso, un bajo de un bloque de edificios, acabó convirtiéndose en un narcoburdel en manos de una mafia.
José Luis Castellano, agente inmobiliario con el que contactó la dueña del piso para echar a los okupas, ha contado la historia en ‘Cuatro al día’. Como ha explicado, la dueña del piso era una señora mayor, de familia humilde, que tenía una propiedad que puso en alquiler. Por ella se interesó una mujer, que la engañó. “Detrás de la señora había una mafia, los proxenetas que la estaban prostituyendo”, dice Castellano. Según explica, no pagaron ninguna mensualidad y acabaron montando un burdel en el que se pasaba droga.
La afectada optó por desestimar la vía judicial (porque hubiera tardado mucho en recuperar su casa, según Castellano) y habló con este agente inmobiliario, que se puso en contacto con una empresa de desokupación. “Es sin duda la peor desokupación que he vivido, la más virulenta en 25 años de profesión”; relata Castellano. Y continúa: “Estos desalojos suelen tardar tres días, aquí tardaron más de siete. Pero de forma pacífica”. A pesar de eso, se vivieron momentos de auténtica tensión: “Una noche, los proxenetas que estaban dentro salieron con machetes y la gente que les fue a decir que tenían que marcharse tuvo que huir”.
Cuando la afectada recuperó el piso, lo encontró totalmente destrozado. “Mis clientes lloraron muchísimo”, contó Castellano.