Según ha indicado el hombre a la Policía, tiró una piedra al can, de la raza Corgi Galés, porque este estaba ladrando constantemente.
El animal perdió la consciencia y murió. Fue entonces cuando el hombre "lo estranguló y lo cocinó", ha explicado el detective de la Policía de la ciudad de Pyeongtaek, según publica el Daily Mail.
Ese día, la familia colocó carteles por toda la ciudad para encontrarle y preguntó casa por casa si lo habían visto. Cuando fue el turno de la vivienda de su vecino, este se mostró comprensivo con ellos y prometió decirles algo si lo encontraba.
Al día siguiente, el hombre les visitó y trató de consolarles. Además, les invitó a una comida en su casa para la que había cocinado carne de perro.
Lo que desconocían en aquel momento es que se trataba de su propia mascota. No obstante, declinaron la invitación porque el dueño del animal no come ese tipo de carne.
El consumo de carne de perro en Corea del Sur está permitido. Sin embargo, la hija del dueño del animal ha iniciado una petición en Internet en la que reclama que su vecino sea castigado por tal acción.