Este sábado, el portavoz de la policía, Wally Olson, informó de que el sospechoso, Jimmy Dykes Lee, estaba armado y atrincherado con el pequeño en un búnker bajo su casa. El niño está completamente ileso, y dispone de estufa eléctrica y mantas.
"Tenemos contacto permanente con el señor (Jimmy Lee) Dykes", indicó Olson a los medios estadounidenses. Dicha comunicación se mantiene gracias a un tubo de plástico que une el búnker, a más de un metro de profundidad, con la superficie. Olson también explicó que el niño sufre el síndrome de Asperger, y la policía se está encargando de suministrar al secuestrador la medicación necesaria, junto a lápices y libros para colorear.
Un antiguo miembro del FBI, con experiencia en tratar con secuestradores, aconsejó a la policía tener paciencia, indicó la emisora CBS. “Mientras el niño esté ileso, la policía no debe tomar medidas drásticas, como por ejemplo cortar el suministro de energía eléctrica” detallaba.
Jimmy Dykes Lee raptó al pequeño de un autobús escolar el pasado martes, después de matar a tiros al conductor. Según los medios norteamericanos, el hombre, de 65 años, es un veterano de Vietnam que tiene tendencia a la violencia, pero no hay constancia de demandas hacia su persona. Según vecinos del hombre, en el pasado ya se había escondido hasta ocho días consecutivos en el búnker que él mismo había construido.